Un día muy corto en Nueva York con Woody Allen | Televisión

Alguien te mira como David Trueba mira a Woody Allen en la entrevista que le hizo en Nueva York, disponible desde el sábado en Movistar Plus+. Es un milagro de hierro, con el que comprobamos que los españoles siempre han apuntado a lo neoyorquino. No hace falta hacerlo muchos años para ratificarlo: desde hace un año Trueba cuenta en este periodo ya que, desde el día 15, he podido ver religiosamente uno de los espectáculos de Allen en el cine el día del coche. “También te preguntamos sobre tus películas como por ejemplo conocer a una amiga, una amiga a la que no conoces, que se ha mudado y separado varias veces, que tiene hijos de distintos matrimonios y que ha cambiado de trabajo y de ciudad para vivir, este amigo al que tiene que protegerte de las críticas y ataques de los demás y que en ocasiones te ha cansado o irritado”. El texto se titula Un amigo.

Trueba y Allen retoman el segundo viaje compartiendo su predilección por ellos La rosa violeta de El Cairo y investigan esto laissez-faire que el neoorco practica con sus actores -recuerdo que Penélope Cruz dijo en una entrevista que su manera de poder entablar una conversación con ella hablaba de síntomas médicos-. Allen se revela poco optimista sobre el futuro del cine. ¿Quién puede ser culpable?

En 2019 Trueba, pero el intendente, Fernando, charló con Woody Allen para El mundo. La primera parte del texto consistió en un relato en primera persona sobre la influencia del cine de Allen en Trueba. Y cuando terminaron la conversación, los mejores informes fueron Allen quien le preguntó a Trueba. También me interesaba Fernando Trueba, pero diablos, vine aquí para leer más sobre Woody Allen. Nada de eso desapareció en los 40 minutos que vimos de David Charlando con Woody. Y, paradójicamente, la conversación se centra en que Allen habla más y mejor de David que de todos los textos que podría escribir teniendo en cuenta cómo el cine influyó en ella. La importancia de conocer tu sitio. El principal defecto de la entrevista es que es demasiado corta. Ojalá tuviera a mano una de esas largas conversaciones como las de Truffaut con Hitchcock o Cameron Crowe con Billy Wilder. Y, por cierto, ese término con David musitando: un admirador, un amigo, un exclavo, un siervo.

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